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Algunos usuarios están revisando
y cambiando sus hábitos en línea, al tiempo que reconsideran algunas
preguntas básicas sobre el mundo interconectado de hoy. ¿Cuánto debo
compartir y cómo debo compartirlo?
En
Luisiana, la esposa de un ex soldado está publicando menos en Facebook y
considerando retirar de su lista de amigos a viejos conocidos,
preocupada de que una broma inocua o algún conocido acabe involucrándola
un día en una investigación del gobierno. En California, un estudiante
universitario cifra SUS chats y correos electrónicos. Dice que aunque no
planea algo siniestro, no debería tener que preocuparse por los
fisgones. Y en Canadá, un abogado está reconsiderando los productos de
datos que utiliza para garantizar la privacidad de sus clientes.
Como abogado, Chris Bushong lo planteó así: "¿Quién quiere sentirse vigilado?".
Las revelaciones sobre los programas
secretos de vigilancia del gobierno estadounidense, que se centran tanto
en los registros telefónicos como en la información transmitida a
través de internet, hicieron algo más que provocar un debate sobre la
privacidad. Algunos usuarios están revisando y cambiando sus hábitos en
línea, al tiempo que reconsideran algunas preguntas básicas sobre el
mundo interconectado de hoy. Entre ellas: ¿Cuánto debo compartir y cómo
debo compartirlo?
Hay quienes dicen que quieren tomar
medidas preventivas en caso de que los programas sean ampliados. Otros
buscan enviar un mensaje no sólo al gobierno de Estados Unidos sino
también a las empresas de internet que recopilan tanta información
personal.
"Todos pensamos que nadie está
interesado en nosotros, que todos somos gente sencilla", dijo Doan Moran
de Alexandria, Luisiana "Pero cuando empiezas a ver los números y los
registros telefónicos... realmente te hace dudar".
El mes pasado el ex contratista del
gobierno estadounidense Edward Snowden filtró documentos que revelan que
como parte de la lucha contra el terrorismo, la Agencia de Seguridad
Nacional (NSA por sus siglas en inglés) recopiló los registros
telefónicos de millones de estadounidenses. Un segundo programa de la
NSA, llamado PRISM, obliga a las principales empresas de internet a
entregar el contenido detallado de comunicaciones como correos
electrónicos, chats de video y fotos, entre otras cosas.
El esposo de Moran, que perteneció al
ejército, ya era reservado en el uso de los medios sociales. Ahora ella
está revisando su lista de "amigos" en Facebook para decidir a quién
elimina, porque no puede saber lo que alguno de sus contactos podría
hacer en el futuro. Moran dijo sentirse inquieta porque no sabe a
ciencia cierta lo que la NSA almacena, ni cuán profundos son los
intereses de la agencia.
En Toronto, el abogado Bushong permitió
que una prueba gratuita de las aplicaciones de negocios de Google
expirara después de enterarse de PRISM, que permite a la NSA recabar
datos de Google, Microsoft, Apple, Facebook y AOL. Bushong se mudará a
San Diego en agosto para crear una empresa de planificación fiscal, y
dijo que quiere ser capaz de prometer confidencialidad y responder
suficientemente a los clientes sobre la seguridad de datos ofrecida por
su empresa. Para ello, cambió a un proveedor canadiense de servicios de
internet para el correo electrónico y está considerando la posibilidad
de instalar sus propios servidores de documentos.
"Me gustaría poder decir que he tomado
todas las medidas razonables para asegurarme de que no están cediendo
libertades innecesariamente", dijo.
Por su pate los usuarios de internet
hablan de cambios, pequeños y grandes, desde mejorar sus contraseñas y
considerar usar métodos de cifrado hasta abandonar los teléfonos móviles
y utilizar dinero en efectivo en lugar de tarjetas de crédito. Las
conversaciones sobre el tema tienen lugar a diario en Reddit, Twitter y
otras redes sociales, y se han extendido a la vida fuera de internet con
los encuentros denominados "Cryptoparty" (criptofiestas) que tienen
lugar en ciudades como Dallas, Atlanta y Oakland, California.
El profesional de tecnología de la
información Josh Scott organiza una "criptofiesta" mensual en Dallas
para mostrar a la gente cómo manejarse en internet de manera más
privada.
"Tú decides hasta dónde llegar", dijo Scott.
Christopher Shoup, un estudiante
universitario de Victorville, California, ha animado a sus amigos a
conversar en Cryptocat, un programa privado de mensajería que ofrece a
los usuarios chatear sin que sus mensajes "sean revelados a un tercero".
A Shoup no le preocupa que su propio comportamiento sea escrutado, pero
dijo que la mera idea de que el gobierno pueda recuperar sus
comunicaciones personales "me molesta como estadounidense".
"No creo que debería tener que preocuparme", dijo.
Cryptocat dijo que casi duplicó su
número de usuarios en los dos días transcurridos después de que Snowden
reveló que él era la fuente de las filtraciones sobre los programas de
la NSA. Dos compañías de motores de búsqueda que se promueven como
alternativas a Google, Bing y Yahoo, también han reportado aumentos
considerables en su uso.
DuckDuckGo y Ixquick prometen no
almacenar los datos de los usuarios ni filtrar los resultados con base
en su historial de búsquedas.
En la semana que salieron a la luz las
revelaciones sobre la NSA, DuckDuckGo pasó de 1,8 millones de búsquedas
por día a más de 3 millones por día, mientras que Ixquick y el sitio
hermano Startpage pasaron de 2,8 millones de búsquedas por día a más de 4
millones.
Gabriel Weinberg, director ejecutivo de
DuckDuckGo, dijo que el daño potencial es "cada vez más tangible con el
paso del tiempo", por lo que cada vez publica menos fotos familiares,
dejó de utilizar un popular servicio de almacenamiento de archivos en la
nube y revisó la configuración de sus dispositivos en casa para
asegurarse de que fuera lo más privada posible.
En Ixquick, más de 45,000 personas han
pedido probar la versión beta de un nuevo servicio de correo electrónico
con cuentas a las que ni siquiera la empresa tiene acceso sin las
claves del usuario, dijo la portavoz Katherine Albrecht. La empresa
cobrará una pequeña cantidad por las cuentas, apostando a que la gente
está dispuesta a pagar por la privacidad. Conforme los usuarios de
computadoras se vuelven más expertos, entienden cada vez más que el
negocio de las empresas de internet se basa en la recolección de datos,
dijo Albrecht.
"Estas empresas no son motores de
búsqueda", dijo. "Se trata de brillantes empresas de investigación de
mercado... y usted es el producto".
Representantes de Google, Yahoo y
PalTalk, las empresas citadas en una presentación de PowerPoint
clasificada filtrada por Snowden, no quisieron hacer comentarios.
Ejecutivos de Microsoft, Apple y AOL no devolvieron los mensajes de The
Associated Press. Anteriormente, las empresas hicieron declaraciones
enfatizando que no entregaban voluntariamente los datos de los usuarios
al gobierno. También rechazaron los informes periodísticos que indicaban
que PRISM había abierto una puerta para que la agencia tuviera acceso
directo a los centros de datos de las empresas cada vez que el gobierno
quiera.
"Los informes de prensa que sugieren que
Google proporciona acceso irrestricto a los datos de nuestros usuarios
son falsas y punto", dijo el director general de Google, Larry Page, en
una entrada de su blog.
No se sabe si las grandes empresas de
internet han notado cambios en el uso de sus productos. Un análisis
publicado este mes por comScore Inc. dijo que los sitios de Google
representaron dos tercios de las búsquedas en internet en junio; cerca
de 427 millones de consultas por día.
En Tokio, el estadounidense expatriado
Zhong Peng respondió a la noticia del espionaje cambiando todo, desde el
motor de búsqueda y el navegador de internet predeterminados hasta el
sistema operativo de su computadora. Zhong, un diseñador de interfaces,
también creó una página de internet para ayudar a otros a cambiar. La
página, llamada prism-break.org, recibió más de 200.000 visitas en menos
de una semana después de que Zhong la anunció en las redes sociales.
Desde entonces, Zhong dijo que ha visto a
muchas personas hablar en internet sobre sus propias experiencias con
respecto a la modificación de sus hábitos de computación.
"Es un comienzo", dijo.
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