- La crisis obliga a las empresas vascas a cambiar radicalmente su modo habitual de operar: lo tendrán muy difícil si no se plantean salir a vender fuera de España.
- “España está en crisis, pero el mundo no”, es el mensaje que resume el discurso de Josu Ugarte, presidente del poderoso grupo Mondragón
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"China
está muy cerca, a once horas nada más". Lo dice Josu Ugarte (Mondragón,
1963), un hombre que lleva viajando y vendiendo sus productos por todo
el planeta desde hace 17 años, de los cuales ha vivido 12 en el
extranjero. Hoy lidera la mayor corporación cooperativa mundial, la
mayor empresa del País Vasco y la séptima de España.
“Salir de casa o morir”, dice el prólogo de su libro. ¿Por qué tan radical?
Porque es la verdad, tal y como está en España la demanda interna. Y no va a crecer. No nos engañemos: las pymes industriales, sobre todo, necesitan urgentemente buscar la demanda allá donde se encuentra. O sea, en los países emergentes.
Pero esta crisis es global. ¿Quién puede garantizar el éxito en un mundo en crisis?
El mundo no está en crisis. Basta mirar los datos: va a crecer un 3,1 por ciento, lo mismo que crecimos nosotros entre 1994 y 2004, que fueron años buenísimos en España. Ahora nosotros estamos en recesión, mientras que los países emergentes rondarán el 6 por ciento de crecimiento.
Estamos en un ciclo negativo. Volverán las vacas gordas, ¿no?
No, no... no debemos esperar cambios de ciclos, porque no van llegar. Quedarse esperando a que el mundo salga de la crisis es un error. El mundo no va a salir de la crisis porque hace tiempo que está fuera de ella. Tenemos que cambiar nosotros. ¿Cómo? Saliendo a conquistar otros mercados y robusteciendo nuestra posición en el mundo. Por cierto: lo deberíamos haber hecho mucho antes.
"NO FALTA DINERO EN EL MUNDO"
¿Cuándo, si ya llevamos 5 años en crisis?
A principios de la década pasada, cuando las cosas iban bien. En 2003 yo vivía en Polonia, y veía cómo estaban abriendo fábricas por todas partes. Sabía que pasado un tiempo serían más competitivos que nosotros. China ya había despertando. Entonces fue cuando debimos comenzar a moderar los salarios y a desarrollar nuestra industria para no depender tanto de construcción.
¿Cómo salir a conquistar mercados, si no hay financiación?
Dinero no falta en el mundo. Lo que faltan son buenos proyectos de internacionalización. El problema de nuestras pymes es que ni siquiera han seleccionado el país al que deben acudir. Tampoco han hecho un estudio de mercado avanzado para saber cómo posicionarse, y carecemos de diplomacia corporativa que les proteja. Es decir, que faltan cosas más indispensables aún que el dinero...
¿Más que el dinero?
Mucho más. España es un país de pymes y adolece todavía de las estructuras básicas para llevarlas a operar en el extranjero. ¿Qué financiación nos van a dar si no presentamos un plan viable para salir al mercado exterior? ¿Cómo vamos a obtener dinero si el mercado no está aquí? Desde luego, para reestructurar nuestros balances no nos darán dinero, eso seguro.
"¿QUE CHINA ESTÁ MUY LEJOS? AL REVÉS: ESTÁ MUY CERCA"
¿No es pedirle demasiado a un pyme que se ponga ahora a pensar en China, con lo lejos que queda?
De lejos, nada. Ese es uno de los grandes errores. Te hablo por mi experiencia personal, que llevo 17 años viajando por el mundo, 12 años viviendo fuera. Para mí, y para cualquiera que se proponga viajar, China está muy cerca. Concretamente, a once horas de vuelo. En el grupo Mondragón tenemos 20 fábricas y 2000 personas trabajando allí. Estamos en continuo contacto con ellas, como con EEUU y Brasil. En los últimos tiempos el mundo se ha hecho muy pequeño.
Para las pymes, lo que usted llama “el mundo” suele ser su propia ciudad.
Pues conviene que cambien de mentalidad. Los fabricantes deben encontrar su mejor sitio en todo el mundo, que será allí donde están los mejores costes, el mejor diseño... de lo contrario, pronto se verán fuera del mercado. Antes fabricábamos en España, porque éramos un país de bajo coste. Conocíamos bien nuestro mercado, que era la Unión Europea. Pero ahora ese mercado no siempre está cerca, así que debemos acudir allí donde se encuentre y tratar de incorporar nuevas tecnologías, bajar los costes o aplicar nuevas formas de gestionar que nos permitan ser más competitivos.
¿Esa salida al exterior no provocará más desempleo en España?
Más bien lo contrario. Hemos hecho un estudio interesante al respecto en Mondragón. Nosotros somos una cooperativa, y por tanto no sospechosos de deslocalizar nada. En este estudio hemos comprobado que aquellas de nuestras empresas que contaban con otras empresas en el exterior consiguieron aumentar un 25 por ciento... el empleo de la casa matriz.
Raro, ¿no?
Tiene su lógica. Cuando uno se instala en un país, no se lleva todo tu portafolio de productos. Uno trata de ganar cuota de mercado poco a poco, y va completando toda la gama de productos con fabricaciones hechas desde la casa matriz.
¿Tiene datos que avalen sus afirmaciones?
Si, en Mondragón hicimos una comparación entre los períodos comprendidos entre los años 1990-95 y 2005-10. Las empresas que se quedaron aquí en el primero de los periodos perdieron un 11,5% de empleo; las que salieron fuera crecieron un 25 por ciento... en empleo de la casa matriz. Entre 2005 y 2010, la caída de empleo de aquellas empresas nuestras que tenían fábricas en el exterior ha sido la mitad de aquellas que no lo tenían.
"ESTÁS RAZONANDO CON LA TÍPICA MENTALIDAD DEFENSIVA DE LA PRENSA EUROPEA"
Está claro que China nos comerá porque, de hecho, ya nos está comiendo. Ahora bien: ¿aguantará un país que tiene a su gente trabajando 15 horas al día?
Estás razonando con la típica mentalidad defensiva de la prensa europea: “vamos a esperar a que China deje de ser tan competitiva; entonces nos podremos defender”. Creo que la mentalidad debe ser otra: “vámonos a China y veamos cómo podemos participar en su desarrollo, ayudándoles a ellos para beneficiarnos nosotros también”.
¿No es eso aprovecharse?
Nos beneficiamos con ellos, no a costa de ellos. Ganamos todos. Nuestras condiciones laborales en los países emergentes cumplen los estándares europeos, no los chinos. Es más: las fábricas que tenemos allí son más modernas que las españolas, porque fueron construidas hace menos tiempo.
¿Por qué dice que la prensa europea está a la defensiva?
Te pongo un ejemplo. El otro día leía un titular parecido a este: “Por fin China empieza a caer”, y resulta que “sólo iba a crecer un 7.5 por ciento”. Y al mismo tiempo Guindos decía que España se estaba recuperando porque en 2014 íbamos a crecer entre un 0,2 y un 0,3. Y claro, uno se queda alucinado: que alguien me lo explique porque no lo entiendo.
Pero los datos son tozudos y fríos. China tiene casi siete veces nuestro PIB. ¿Cuánta riqueza adicional genera cada vez que crece “sólo un 7.5 por ciento”? Desde luego, mucha más que nosotros, que tenemos un PIB siete veces menor y que vamos a crecer, con suerte, un 0.3 por ciento. Probablemente el ritmo de crecimiento chino será menor dentro de 5 años, claro. ¿Pero sobre unas cantidades absolutas que serán mucho mayor que las nuestras? No hay comparación. La diferencia es abismal.
Usted afirma en su libro que los productos chinos también serán mejores que los nuestros. ¿En qué se basa?
Uno de los factores que más influyen en la calidad, aparte del diseño y de la manera de fabricar, es la maquinaria que tengas. Te doy un dato: China consume el 45 por ciento de la maquinaria de fabricación que se ha vendido en el mundo. Considerando al continente asiático, ellos consumen dos tercios de la maquinaria de fabricación vendida en el mundo. Eso significa que no tardarán mucho en fabricar productos con la misma calidad que nosotros, o incluso más.
La calidad también depende del talento, no sólo de la máquina.
Efectivamente, tienes toda la razón, y te doy más datos al respecto: China saca medio millón de ingenieros superiores por año. El 11 por ciento de los doctores en EEUU son chinos. Los estadounidenses pensaban que ellos serían los pensantes y los chinos los fabricantes. De eso nada. Los chinos ya pueden producir, innovar y comprar en cualquier sitio del mundo.
Me ha dejado usted sin argumentos. Sólo me queda decir que nuestro fútbol es mejor, que donde esté nuestro aceite de oliva se quiten los demás y que -lo más importante- San Mamés no está en Pekín.
Cierto. Eso no te lo discuto ya.
sábado, 27 de julio de 2013
¿Miedo a salir de España a vender? Cuando leas lo que dice el presidente de Mondragón te dará miedo no hacerlo
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